miércoles 12 de noviembre de 2025
12/11/2025
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Siguiendo estas indicaciones podremos disfrutar de nuestras piezas de pan durante más tiempo, sin que quede demasiado blando o demasiado duro y tengamos que tirarlo.
¡Toma nota!
Dejarlo enfriar al aire
Siempre que hagamos pan en casa, la mejor opción es dejarlo enfriar al aire. Lo mismo ocurre si hemos comprado el pan recién hecho y aún está caliente, es mejor dejarlo enfriar sobre la encimera o mesa de la cocina ya que si lo tapamos terminará perdiendo su humedad.
Elige un espacio donde el pan pueda respirar
La mejor opción para guardar el pan es una bolsa de tela o caja de madera. Estos materiales conservan la humedad del pan y les permiten que respiren. De esta manera, evitaremos que se resequen.
No lo metas en el frigorífico
Las temperaturas bajas provocan la formación de cristales en el pan que terminan por expulsar hacia fuera las moléculas de agua. Esto hace que el pan se ponga blando y sea difícil masticarlo. Por ello, no se debe meter el pan en el frigorífico.
Congela lo que no vayas a comer
Si ha sobrado mucho pan, la mejor opción es congelarlo metido en una bolsa de plástico hermética. Lo ideal es partirlo en trozos o rebanadas e ir descongelando según vaya haciendo falta. Para volver a consumirlo, se recomienda dejar que se descongele al aire, sin emplear microondas o en el horno ya que con estas opciones termina por resecarse mucho.
No cortes rebanadas de más
La miga de pan, a diferencia de la corteza, se seca mucho más rápido si entra en contacto con el aire. Por ello, es recomendable conservar las piezas de pan enteras y no en rebanadas ya que si no se secarán muy rápido.
*Truco: si quieres devolverle el toque crujiente al pan, lo ideal es humedecer con un poco de agua la corteza y meterlo en el horno durante dos o tres minutos. Después, se saca del horno y solo hay a que se enfríe.
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