Es el Grial, la copa considerada sagrada porque según los Evangelios fue la que utilizó Jesucristo para oficiar la cena con sus apóstoles
La tradición dice que el cáliz que supuestamente se utilizó para tal propósito, es el que se custodia en una capilla de la Catedral de Valencia. Motivo de veneración en todo el mundo, la ruta del Grial de Valencia es un buen motivo para conocer los rincones más atractivos de la capital del Turia en torno a esta fascinante reliquia. El origen de este cáliz nos lleva de viaje a Jerusalén. De aquí partió a Roma de manos de San Pedro hasta que, asediada por la persecución de los cristianos, fue trasladada por orden de San Lorenzo, oriundo de España, a la Península Ibérica.
Primero arribó a tierras aragonesas. En concreto al monasterio de San Juan de la Peña, en la provincia de Huesca y cuna del Reino de Aragón. La reliquia fue entregada en el año 1399 al monarca de Aragón, Martín el Humano, que la tuvo en el palacio real de la Aljafería de Zaragoza y luego, hasta su muerte, en el Real de Barcelona en 1410. Fue en 1432 cuando, por orden de Alfonso V el Magnánimo, su sucesor en el trono, se trasladó a la catedral de Valencia, donde hoy permanece.
Cuadros que inspiran
La Ruta del Grial por Valencia da inicio en los Jardines del Real o Viveros. Fue aquí donde llegó por primera vez el Grial a Valencia. Cerca de estos hermosos vergeles asoma el Museo de Bellas Artes San Pío V. La que está considerada segunda pinacoteca de España alberga cuadros de Juan de Juanes que se inspiran en el cáliz de la Última Cena.
El viajero prosigue su itinerario griálico al otro lado del cauce del Turia, dando a parar a la iglesia y Palacio del Temple. Aquí existía una de las antiguas puertas de entrada a la ciudad por donde pasó el Grial hacia la catedral en 1437. El lugar fue también posesión de la Orden del Temple, como su propio nombre indica; los caballeros que velaron por la reliquia.
La ruta continúa por la céntrica Plaza de la Virgen, uno de los núcleos de fundación de la ciudad romana de Valentia. Detrás, en la plaza de L"Almoina, se ubica el museo que conserva las ruinas romanas de la ciudad. Una galería subterránea que merece la pena visitar. Muy cerca, en la calle Caballeros, se encuentra la hermosa iglesia de San Nicolás, considerada la Capilla Sixtina de Valencia. Sus pinturas del interior maravillan a quien la visita.